Estas solanáceas de América del Sur impresionan sobre todo por sus hojas inusuales en forma de corazón, oblongas y grandes; a esto hay que añadir sus frutos, semejantes a huevos de gallina de hasta 8 cm de largo, ovalados, y de rojo amarillento o rojo púrpura que cuelgan de los vastagos. La pulpa del fruto liberada de la cascara gruesa e incomestible tiene un sabor agridulce y desabrido que recuerda a los tomates. La Cyphomandra requiere los mismos cuidados que la Datura y otras solanáceas.
Emplazamiento: soleado hasta semiumbrío.
Riego: todo el verano, abundante.
Abono: hasta agosto, cada semana.
Alojamiento invernal: luminoso u oscuro, entre los 4 y 12 °C.
Multiplicación: por esquejes de punta en la primavera y el verano.
jueves, 19 de febrero de 2009
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