La denominación! «ciprés de interior» que el mercado de plantas ha otorgado al C. macrocarpa 'Goldcrest' es desconcertante, ya que esta conifera sólo es relativamente apropiada para ser cultivada en la vivienda. Su rápido crecimiento es un inconveniente: un lugar en el exterior es la mejor solución. En la maceta, el ciprés se conserva algunos años. Una parejita —uno a la derecha y otro a la izquierda colocados a ambos lados de la puerta de la calle o en la entrada de la terraza— como si fueran «guardas» puede quedar realmente bien, aun cuando sea algo inusual. No obstante, esta ensambladura amarilloverdosa y el crecimiento piramidal garantizan un efecto óptico interesante.
Después de algún tiempo, desgraciadamente, las coniferas crecen tanto que no les basta un recipiente espacioso y hay que plantarlas en el suelo, siempre en un lugar libre de fuertes heladas.
Emplazamiento: semiumbrío hasta sombrío, no a pleno sol.
Siego: mantener siempre húmedo, evitando los encharcamientos.
Abono: sobre todo los grandes ejemplares con poco espacio para las raíces, cada semana hasta septiembre.
Alojamiento invernal: luminoso, entre los 5 y 15 °C, preferentemente.
Multiplicación: es posible por esquejes de punta en verano, pero es cuestión de suerte. Por semillas, se puede reproducir la especie tipo, con un cierto éxito; no así la variedad.
domingo, 15 de febrero de 2009
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