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El cultivo en maceta de plantas como la trompeta del juicio, la
margarita de verano o la yuca constituye una de las actividades más atractivas de la jardinería. Sin embargo, los cuidados que requieren este tipo de plantas no siempre son sencillos. Espero informar de manera concisa y clara acerca de las medidas que deben aplicarse para disfrutar de los cultivos en maceta, atendiendo a los nuevos conocimientos y experiencias dentro de este campo.

lunes, 9 de febrero de 2009

Margarita de verano

Las opiniones sobre esta asterácea de las Islas Canarias como planta de maceta con capacidad para invernar en lugares con heladas están muy divididas. Algunas autores recomiendan cultivar el C. frutescens anualmente y comprar nuevos ejemplares cada primavera. En nuestros climas del litoral, es una rigorosa planta que vive en el exterior durante todo el año.

Asimismo debe regarse con extrema cautela, pero sin dejar que el sustrato se seque. Los entendidos que disponen de lugares idóneos y de experiencia con respecto al abastecimiento de agua durante el invierno, afrontan estas reservas sin reparos y tratan sus plantas con relativa rudeza, en la medida en que toman las tijeras en el otoño, y cortan a diestro y siniestro. Un método que no vamos a recomendar necesariamente aquí.

Aunque el C. frutescens debe estar en un lugar soleado, la floración es más rica en periodos estivales no demasiado calurosos y cuando los días se acortan, trayendo consigo más fresco y ante todo humedad ambiental. Para asegurar ía floración, es absolutamente necesario cortar con las tijeras las cabezas de las flores secas o desmocharlas. Junto a la conocida variedad de flor blanca hay también margaritas de verano amarillas (especie Euryops) que son poco sensibles al frío y sobreviven en el exterior con inviernos suaves. No hay que asombrarse de las diferentes variedades de follaje de las plantas, ya que en el cultivo de las margaritas de verano probablemente intervienen varias especies canarias.

Cultivadas como plantas de tronquito alto, las margaritas de verano resultan especialmente atractivas y por ello son muy apreciadas. Dado que en el mercado son bastante caras, cabe la posibilidad de criarlas uno mismo. El procedimiento es realmente fácil y se describe en el capítulo «La poda y el cambio de maceta». Para ello, sólo se requiere una planta joven y sana, y un poco de paciencia. Si se cuidan correctamente, pasado algún tiempo, se forman «bolas de flores» perfectas en los extremos del tronco, muy decorativas.

Emplazamiento: soleado.
Riego: en verano muy abundantemente, no dejar que se seque.
Abono: hasta septiembre, cada semana.
Alojamiento invernal: entre los 4 y 8 aC y ante todo mucha luz por los laterales.
Multiplicación: a principios de año por cabezas de esquejes de las plantas madres que han logrado sobrevivir al invierno; se deben cortar ¡as plantas jóvenes varias veces para obtener un crecimiento tupido.

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