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El cultivo en maceta de plantas como la trompeta del juicio, la
margarita de verano o la yuca constituye una de las actividades más atractivas de la jardinería. Sin embargo, los cuidados que requieren este tipo de plantas no siempre son sencillos. Espero informar de manera concisa y clara acerca de las medidas que deben aplicarse para disfrutar de los cultivos en maceta, atendiendo a los nuevos conocimientos y experiencias dentro de este campo.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Naranjos y limoneros

Ciertamente es curioso que esta rutácea procedente de Asia goce de tanta estimación entre ios aficionados al cultivo de plantas de maceta, ya que su cuidado no es sencillo; en codo caso, los principiantes tienen que contar casi siempre con regresiones. Así ocurre al menos con los C. limtm —el limonero— y el C sinensis—el naranjo—, árboles de un tamaño considerable cuando son adultos que son apropiados para el cultivo en maceta, como se ha podido comprobar suficientemente por los naranjales reales, pero que para el profano presentan una serie de dificultades si no dispone de las condiciones necesarias para su cultivo. El mis fácil de mantener como frutal y como árbol joven florido es el híbrido x Citrofortimeüa mitis (el naranjo enano), que en los centros de jardinería se considera como un producto estándar.

La mayor parte de los fracasos en su cultivo obedece a errores de riego. Por un lado, las plantas no deben quedarse secas durante el verano, y por otro, ei encharcamiento deriva en el amarilleo de las hojas o en la pérdida de las mismas. Es importante que el suelo del recipiente contenga una buena capa de gravilla gruesa o guijarros de arcilla para el drenaje. La tierra tiene que ser consistente pero no compacta. Los preparados de tierra deben mezclarse con tierra de jardín tamizada y pobre en cal, a ser posible, ya que los limoneros son sensibles a esta sustancia. Por la misma razón hay que emplear para el riego sólo agua blanda, es decir, pobre en cal, procedente de una pila provista de un saquito con turba o de agua de lluvia. Para evitar el encharcamiento, se deja secar la capa de la superficie antes de volver a regar, siguiendo la acertada máxima según la cual menos es más. Respecto a la dosis semanal de nutrientes, basta con un abono líquido, aunque es mejor estiércol seco apto para ser disuelto con agua.

Hay que prestar una atención especial al riego durante e] invierno, cuando las plantas se colocan en un lugar luminoso y fresco, pues en ese momento el encharcamiento puede ser mortal; en tales circunstancias, estas especies perennes suelen perder su follaje, con la consecuencia de que apenas hay absorción, de ahí que necesiten muy poca agua. Ahora bien, la tierra debería estar suficientemente húmeda para que las raíces no se sequen. Sólo después del periodo invernal, o sea, cuando nacen los nuevos brotes, a principios de mayo, se puede ser un poco más generoso en el riego. Ese es también el momento de realizar una poda de rebaje para estimular el crecimiento tupido del arbolito.

Se multiplica por esquejes que, por lo demás, necesitan mucho tiempo para formar raíces, y no hay garantías de éxito.

El método de multiplicación habitual por injerto requiere algunos conocimientos y unas púas adecuadas para injertos. El cultivo de las semillas de los frutos casi siempre funciona bastante bien, aunque no se puede prever en absoluto si cabe esperar flores y frutos.

Emplazamiento: todo el verano, soleado y cálido a ser posible.
Riego: durante la etapa de crecimiento, mantener uniformemente húmedo con agua pobre en cal; es preferible regar menos que demasiado.
Abono: hasta agosto, cada semana con un abono rico en nitrógeno, o bien estiércol seco diluido
en agua.
Alojamiento invernal: luminoso, entre los 4 y 8 PC y mucho aire fresco.
Multiplicación: por esquejes, a menudo requiere mucho tiempo

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